lunes, 9 de marzo de 2009

Efectos retardados


Los tíos nunca dejan de sorpenderme. Cuando piensas que ya lo has visto todo, allí están ellos, siempre dispuestos a demostrarte lo contrario...


Esta historia tiene lugar en dos etapas, así que haremos un pequeño flashback en el tiempo para ponernos en situación:

- Verano, año 2005: fui de viaje dos semanas a Egipto, un sitio que siempre había querido visitar. Para dar una idea de lo penosa que era mi situación en ese momento, sólo mencionar que iba acompañada de mi hermano...

Egipto es un lugar increible, pero, si eres mujer, los egipcios te parecerán unos pesados de cojones y acabarás de ellos hasta los ovarios. Si eres hombre, te parecerán unos plastas también, pero igual tienes suerte y vuelves a casa sin la parienta y habiendo hecho negocio. En quince días me pidieron tres veces matrimonio y unas cuantas más intentaron negociar con mi hermano para cambiarme por camellos. Todavía recuerdo la cara que se le quedó a un vendedor de papiros (que intentaba convencer a mi hermano de que en un futuro próximo serían cuñados) cuando le dije que no tenía intención de casarme nunca. Casi se le salen los ojos de las órbitas; yo creo que le provoqué un trauma, al pobre chico... En fin, que fue la primera y única vez en la vida que eché de menos el ambiente de sitios como Platja d'Aro: al menos allí nadie está obsesionado por casarse contigo, incluso se olvidan de tu nombre a los diez minutos.

En el viaje formábamos parte de un grupo y realizábamos todas las visitas siempre con la misma gente. No tardamos en hacer amistad con varias personas entre las cuales había tres chicos de mi edad, que viajaban juntos y eran de una ciudad bastante cercana a la nuestra. Los tres estaban solteros y sin compromiso, pero, aunque nos pasamos casi dos semanas juntos y yo estaba disponible, ninguno demostró el más mínimo interés por mí. Pensé que debían de ser gays, pero, visto en perspectiva, estaba clarísimo que mi idea era equivocada, ya que en ningún momento intentaron tampoco ligarse a mi hermano... En fin, pues eso, no nos desviemos del tema: cuando nos despedimos, lo típico, nos intercambiamos los números de teléfono, "ya nos diremos algo" y todo el rollo. Pero, a la práctica, nuestro único contacto posterior fue un sms suyo la navidad siguiente, deseándonos felices fiestas. Yo propuse quedar algún día para compartir fotos, pero la cosa quedó en simple intención y no llegamos a vernos de nuevo.

A partir de ahí, el silencio absoluto y nunca más se supo.

- Año 2009: domingo 8 de marzo, 8:57 h de la mañana. Recibo un sms en el móbil. Después de cagarme en todo por haberme despertado, lo abro preguntándome quién coño podría ser a aquellas horas... Veo que es de uno de los chicos del viaje a Egipto, aunque en el momento me cuesta un poco asimilarlo.

Transcribo el sms literalmente, porque no tiene desperdicio:

" Hola guapa, todavía andas por ahí soltera? aquí la peña de Egipto todavía va por su cuenta y nos acordamos que a tu hermano te querían cambiar por 10 camellos! No nos hagas caso, que vamos pasados de vueltas! Cuídate mucho y buenas noches y un día de estos venimos a hacer una caracolada y de fiesta, sucram!"

* sucram significa gracias en árabe, fonéticamente escrito.

En fin... sobran las palabras. Como dice el refrán, el hambre agudiza el ingenio. Cuando la necesidad aprieta, se activan las neuronas de la memoria, aunque vayas como una cuba. Visto lo visto, yo me planteo tres opciones:

a) Soy una tía tan increiblemente espectacular que han tardado cuatro años en reunir el valor necesario para atreverse a intentar tirarme los tejos (y, por lo visto, con la ayuda de cantidades descomunales de alcohol).

b) Debido a la ingesta masiva de etanol, a las seis de la mañana, cuando los echaron del último garito, les entró un ataque de nostalgia aguda y amor por el prójimo, y empezaron a enviar sms a todo cristo. Como debo ser la número 457 en la lista, o por el estilo, a mí me tocó recibir el sms casi a las 9 de la mañana. No quiero pensar a qué hora habrán recibido el mensaje los que estén en la "z"...

c) Cuando se ha acumulado una necesidad tal de cuatro años sin pillar, han hecho un "screening" de PPP en su agenda telefónica. (Nota de la autora: PPP= posibles polvos pendientes).

Personalmente, prefiero pensar que la buena es la opción a. Pero, como me temo lo peor, he acabado contestando lo siguiente:

" Pues al final mi hermano ha conseguido venderme por veinte camellos, y ahora soy propiedad de un jeque árabe. La crisis es muy dura... Llamadme dentro de otros cuatro años, a ver si el maromo ya me ha repudiado y vuelvo a estar soltera de nuevo. Inshallah!".

* Inshallah= si Dios quiere

Al fin y al cabo, ninguno de los tres era bombero.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pel que es veu, si jo no comento, el blog queda mort.

Diuen, (les persones entossudides en buscar diferencies mascle-famella) que la diferencia entre homes i dones és que, a mesura que passa el temps, l’home sol oblidar les coses negatives i es queda amb el record de les coses positives, mentre que la dona se li queden retingudes les coses negatives.

Això pot explicar perquè tu del viatge Egipte, uns anys més tard, recordis els pasats dels egipcis i que aquests nois no et varen fer cas. Mentre ells, uns anys més tard, es recordin de tu.

Magrat dijo...

Hola Jo!

És que això és un blog, no el metro en hora punta...jeje

Veig que tu, en canvi, només diferencies entre les persones entossudides en buscar diferències mascle-femella i les que no...

Personalment, ja sé que tots som éssers humans, que tots necessitem amor, i tota la pesca, però per a mi la diferència bàsica és aquesta: tenir manguera-no tenir manguera.

Espero que la teva estigui ben exercitada, perquè aquesta mala llet que detecto em sembla sospitosa... ;)