domingo, 26 de julio de 2009

Efectos retardados (II): la historia continua


Humildemente, desde Becaria busca Bombero, debo agradecer a la humanidad que la capacidad para sorprender al prójimo de algunas personas no tenga límites. Como habrá notado todo el mundo (o séase, las pocas personas interesadas en este blog), llevaba un montón de días sin escribir nada. Falta de inspiración, sequía mental, el típico bloqueo, la paranoia de la hoja en blanco... llamadle cómo queráis. Pero el hecho era que, ni me apetecía escribir, ni se me ocurría la mas miserable historia, anécdota o reflexión metafísico-paranoica que contar. Cualquier parida hubiera sido suficiente, pero ni así. Que el desierto del Sáhara era un vergel comparado con la sequía de mis neuronas, vaya...

Pero se acabó: por fin el universo me ha concedido material suficiente para plasmar en papel (o en pantalla); aunque sea material de "papel couché" o de cotilleo puro y duro. Antes que nada, quiero remitirme a cierta entrada del inicio de los tiempos, titulada "Efectos retardados". Concretamente, para quien no sepa de qué estoy hablando, aconsejo leer el siguiente link antes de continuar: http://becariabuscabombero.blogspot.com/2009/03/efectos-retardados.html

En su momento, ya aluciné bastante debido al ilógico comportamiento espacio-temporal del macho en celo, pero la cosa no acaba aquí... Yo ya no sé si es que: a) no me explico bien, b) los tíos no escuchan una mierda de lo que se les dice, o c) cada persona vive en una realidad alternativa a la de los demás y, individualmente, no nos enteramos de la película porque todos pensamos que nuestro mundo particular es lo único que vale. Intuyo aquí un potencial tema de discusión filosófica, pero no voy a entrar en ello para no pegaros el tostón. De nada, sabía que lo agradeceríais...

Así que centrémonos: la cuestión es que, cuatro meses después de recibir el insinuante sms donde creo que se pretendía tirarme los tejos tras cuatro años de inactividad, la historia continua. Situación: 26 de julio, madrugada del sábado al domingo. A las 6:30 de la mañana recibo un sms. Inicialmente, con las neuronas aletargadas, pienso que es una de mis amigas, a la cual le gusta ir a la playa a las siete de la mañana, y que tiene el detallazo de avisarme por si quiero ir (aunque ayer le dije que saldría por la noche y era fácil deducir que no estaría para playas ni hostias a esas horas...). Pensamiento muy lógico teniendo en cuenta que, hasta ese momento, yo estaba sobando como una marmota... como una marmota es poco, diría yo: pongamos como un lirón.

Pero bueno, ante todo hay que mantener las formas. Así que, medio dormida, he abierto el sms con la intención de responderle educadamente que no me apetecía ir a la playa a las siete de la madrugada... rarita que es una, ya se sabe. Y entonces:¡¡oh, sorpresa!! ¡¡ No era mi amiga!! Era uno de mis "amigos" del viaje a Egipto, concretamente el que quería hacer una caracolada conmigo en el mes de marzo, después de cuatro años sin notícias suyas.

El sms tampoco tiene desperdicio, así que, con todo mi agradecimiento y admiración hacia su redactor, lo transcribo literalmente:

"Hola gironina. Ya sé que quieres estar sola y que no quieres novio a cambio de camellos, pero estás buenísima y en la comarca de X faltan mujeres como tu! Viva las rubias gerundenses de buen ver y curvas imposibles!"

En fin... creo que no hace falta añadir nada, ¿no? X es cierta comarca que mantendré en el anonimato por respeto y por no fomentar la fama de los hombres de esas tierras. Y también para no ofender a las mujeres de por allí, claro. Si es que hay alguna, porque tal como lo pinta, suena parece que la cosa está muy, pero que muy malita... Hay que decir que, en parte, sube la moral que le digan a una cosas así. Pero claro, teniendo en cuenta que hace cuatro años que no me ven el pelo, y que las curvas en cuestión podrían haberse convertido en montañas de grasa y michelines sin fin, la cosa pierde parte de su mérito. La esperanza es lo último que se pierde, claro, y ellos continúan con su fe en mi. Y con la obsesión de cambiarme por camellos...

Por otro lado, eso de que en su comarca falten mujeres como yo, suena un poco al rollo ése de montar caravanas de hembras para los machotes de los sitios (normalmente situados en la quinta puñeta) donde van apuradillos y faltos de compañía femenina. De hembras fuertes y en edad fértil que les ayuden en sus negocios (normalmente, granjas o por el estilo) y críen sus churumbeles para continuar con la estirpe de hombres rudos y toscos que viven al margen de la civilización. Pues, la verdad, tendré que planteármelo. Igual alguna chica-mujer-fémina en edad de merecer y harta de los ajetreos de la ciudad estaría contenta de ser recibida en una comarca así, donde las mujeres van tan codiciadas... Es que da hasta penilla: unos tienen el pan, otros el chorizo, y todos con hambre. La sabiduría popular, cuanta razón tiene...

Pues eso, que, desde Becaria busca Bombero me estoy planteando muy seriamente el hacerme embajadora del amor para esa bonita comarca X necesitada de hembras. Y en vez de dedicar mis energías a buscar bomberos para las becarias, ponerme a localizar y enviar en procesión a hermosotas mujeres para los pobres tíos faltos de cariño de allí. Por solidaridad y altruismo, nada más. ¿No sería bonito? snif, snif... es que me emociono solo de pensarlo: yo, haciendo felices a miles y miles de personas... ¡aaaaiiiix, que bien suena! ¡ Y a ver si así dejan de una vez de intentar cambiarme por camellos, joder!!