Efectivamente, como tuve la gran suerte de comprobar en persona el otro día, mis peores sospechas se han confirmado. Después de ver a la gente prepararse para celebrar Jalogüín en septiembre, sólo podía pasar esto, era de esperar. La semana pasada, en pleno mes de octubre, iba yo tan incautamente al super a comprar, cuando, de repente .... ¡horrooooor! ¡polvorones por todas partes! Me refiero a polvorones de los de comer, claro, de esos que se te hace una pasta intragable en la boca, y que te comes uno y el resto de la caja acaba caducando en el armario de las galletas... un clásico.
Sí, sí: dos largos meses antes de Navidad (se dice pronto) ya estaban las estanterías de los supermercados a reventar de turrones, mantecados, papa noeles de chocolate.... Pero, ¿estamos locos, o qué? ¿Como puede ser esto? Si faltaban más de dos meses cuando lo vi... Yo, la verdad, ya no entiendo nada. Creo que cada vez estamos más desquiciados.
Pero, lo peor de todo, lo que más traumatizó a mi pobre mente incapaz de comprender horrores semejantes, fue el hecho de que varios papas noeles de chocolate ya habían desaparecido, dejando su hueco correspondiente en la caja. Por tanto, la conclusión a la que llego es la siguiente: la gente ya compra cosas de navidad, a dos meses vista. No sé, igual soy yo, que al ser rarita compro las pocas cosas de Navidad que consumo justo en lo que sería la época de Navidad mismamente... Debería ser más precavida y aprovisionarme antes de papa noeles de chocolate, no vaya a ser que se acaben... ¡menuda catástrofe quedarse sin!
Total, que ya me imagino a todos durante estos dos meses, venga a comer turrones y mantecados... A este ritmo, llegaremos a Navidad con el colesterol por las nubes y pesando cien kilos de más. Cuando la gente aún ni se ha recuperado de las vacaciones, van y nos acribillan con polvorones por todas partes. ¡Cuanta crueldad! ¡Joder con la sociedad de consumo!
Ahora sí que me temo lo peor, pero esta vez no me pillarán desprevenida. Estoy preparada para el duro golpe que nos espera, con todas las armas a punto para luchar contra este horrible ataque psicológico que nos acecha. Será duro, pero lo soportaré: de aquí a ver los jodidos papa noeles subiendo por los balcones no hay más que un paso.
Sí, sí: dos largos meses antes de Navidad (se dice pronto) ya estaban las estanterías de los supermercados a reventar de turrones, mantecados, papa noeles de chocolate.... Pero, ¿estamos locos, o qué? ¿Como puede ser esto? Si faltaban más de dos meses cuando lo vi... Yo, la verdad, ya no entiendo nada. Creo que cada vez estamos más desquiciados.
Pero, lo peor de todo, lo que más traumatizó a mi pobre mente incapaz de comprender horrores semejantes, fue el hecho de que varios papas noeles de chocolate ya habían desaparecido, dejando su hueco correspondiente en la caja. Por tanto, la conclusión a la que llego es la siguiente: la gente ya compra cosas de navidad, a dos meses vista. No sé, igual soy yo, que al ser rarita compro las pocas cosas de Navidad que consumo justo en lo que sería la época de Navidad mismamente... Debería ser más precavida y aprovisionarme antes de papa noeles de chocolate, no vaya a ser que se acaben... ¡menuda catástrofe quedarse sin!
Total, que ya me imagino a todos durante estos dos meses, venga a comer turrones y mantecados... A este ritmo, llegaremos a Navidad con el colesterol por las nubes y pesando cien kilos de más. Cuando la gente aún ni se ha recuperado de las vacaciones, van y nos acribillan con polvorones por todas partes. ¡Cuanta crueldad! ¡Joder con la sociedad de consumo!
Ahora sí que me temo lo peor, pero esta vez no me pillarán desprevenida. Estoy preparada para el duro golpe que nos espera, con todas las armas a punto para luchar contra este horrible ataque psicológico que nos acecha. Será duro, pero lo soportaré: de aquí a ver los jodidos papa noeles subiendo por los balcones no hay más que un paso.