La semana pasada, en pleno mes de septiembre, estaba yo tan tranquila degustando un vinito cuando, de pronto, mis ojos se posaron horrorizados en el escaparate de la tienda de enfrente, encontrándome con el siguiente panorama desolador: ¡aquello estaba decorado para celebrar Jalogüín! ¡Horrooooor! (horror por lo chungo del hecho en sí, no porque diese miedo, claro...)
Hasta ahora pensaba que esto de taladrarnos y ambientarlo todo mucho antes de una fiesta determinada, sólo pasaba con la Navidad. Recuerdo que, hace años, se ponían las luces navideñas en las calles una semana antes de las fiestas; pero lo que es ahora, te las colocan con dos meses de antelación. Y de los villancicos sonando a todo trapo, ya ni hablemos. Encima luego nos dan la brasa con el tema del ahorro energético... ¡si es que manda güevos! Podrían aplicarse el cuento.
Pues no: ahora también hay que machacar con el Jalogüín mucho antes de que llegue el día, para no ser menos. Si no me equivoco, el Jalogüín ese coincide con Todos los Santos, o sease, el primero de Noviembre. Así que ya veis: empiezan pronto. A este paso me veo celebrando la Semana Santa en enero y la verbena de San Juan en abril. Si es que todo es relativo, claro, el tiempo incluido...
Además, no estoy nada de acuerdo con esto de sustituir la tradicional Castañada catalana por una calabaza agujereada y una fiesta de disfraces feotes...Seamos realistas: aquí lo que se lleva son las castañas calentitas, no las calabazas horteras. Así que, si no queda más remedio que apechugar con las tonterías yanquis que nos estan invadiendo, como mucho aceptaría una fusión jalogüín-castañada: hacer castañadas con la gente disfrazada de simpática castañera (que también da bastante yuyu, el disfraz) o de boniato asado (que no deja de ser una patata dulce caliente, si es que entre castañas y patatas...), o de panellet. Si me apuráis, alguien podría ir de botella de moscatell gigante. Yo creo que algo así quedaría bastante apañado, y además ahora se llevan mucho estas cosas de fusionar estilos diferentes. ¡Y así todo el mundo contento!
En fin, que viendo a la gente preparándose para el Jalogüín cuando yo todavía voy en manga corta, me temo que el 2 de noviembre empiecen a aparecer por la calles las horribles luces de Navidad de cada año, y, mucho peor aún... esos escalofriantes papas-noeles terroríficos que suben por los balcones. ¡Aaaaaaargh! ¡Eso sí que da miedo, y no las calabazas! Solo de pensarlo, me entra el pánico... Uf, que mal rollito. Y es que ya lo dice el refrán:
" Los papa-noeles subiendo por los balcones,
tocan mucho los coj..."
¿Que no existe un refrán que diga eso? Bueno, pues los tiempos cambian: ahora ya sí.
Hasta ahora pensaba que esto de taladrarnos y ambientarlo todo mucho antes de una fiesta determinada, sólo pasaba con la Navidad. Recuerdo que, hace años, se ponían las luces navideñas en las calles una semana antes de las fiestas; pero lo que es ahora, te las colocan con dos meses de antelación. Y de los villancicos sonando a todo trapo, ya ni hablemos. Encima luego nos dan la brasa con el tema del ahorro energético... ¡si es que manda güevos! Podrían aplicarse el cuento.
Pues no: ahora también hay que machacar con el Jalogüín mucho antes de que llegue el día, para no ser menos. Si no me equivoco, el Jalogüín ese coincide con Todos los Santos, o sease, el primero de Noviembre. Así que ya veis: empiezan pronto. A este paso me veo celebrando la Semana Santa en enero y la verbena de San Juan en abril. Si es que todo es relativo, claro, el tiempo incluido...
Además, no estoy nada de acuerdo con esto de sustituir la tradicional Castañada catalana por una calabaza agujereada y una fiesta de disfraces feotes...Seamos realistas: aquí lo que se lleva son las castañas calentitas, no las calabazas horteras. Así que, si no queda más remedio que apechugar con las tonterías yanquis que nos estan invadiendo, como mucho aceptaría una fusión jalogüín-castañada: hacer castañadas con la gente disfrazada de simpática castañera (que también da bastante yuyu, el disfraz) o de boniato asado (que no deja de ser una patata dulce caliente, si es que entre castañas y patatas...), o de panellet. Si me apuráis, alguien podría ir de botella de moscatell gigante. Yo creo que algo así quedaría bastante apañado, y además ahora se llevan mucho estas cosas de fusionar estilos diferentes. ¡Y así todo el mundo contento!
En fin, que viendo a la gente preparándose para el Jalogüín cuando yo todavía voy en manga corta, me temo que el 2 de noviembre empiecen a aparecer por la calles las horribles luces de Navidad de cada año, y, mucho peor aún... esos escalofriantes papas-noeles terroríficos que suben por los balcones. ¡Aaaaaaargh! ¡Eso sí que da miedo, y no las calabazas! Solo de pensarlo, me entra el pánico... Uf, que mal rollito. Y es que ya lo dice el refrán:
" Los papa-noeles subiendo por los balcones,
tocan mucho los coj..."
¿Que no existe un refrán que diga eso? Bueno, pues los tiempos cambian: ahora ya sí.