jueves, 9 de abril de 2009

Chocolate-manía


Me encanta el chocolate. Es más, diría que no sólo me encanta: me vuelve loca... loquísima!. Hay momentos en los que mataría por un trozo de chocolate, vendería a mi abuela por un helado de chocolate, o iría al fin del mundo por un trozo de pastel de chocolate (y acabaría zampándome el pastel entero, claro. Ya puestos...). Y no soy la única, lo sé. Muchas compañeras de género comparten esta singular afición, debilidad, vicio o como queráis llamarle.

Así que, visto lo visto, la duda transcendental que me envuelve esta semana, es la siguiente: ¿por qué nos gustará tanto el chocolate a las mujeres?¿eh?¿hay alguien ahí fuera que tenga la respuesta? ¿mmmm? Menos preocuparse por tonterías sin importancia cómo si existe Dios, y más investigar cosas serias, señores!!

Pues eso, que esta inquietante y compleja pregunta asaltó mi mente tras darme cuenta de que mi merienda-cena del otro día consistió en:

- un chocolate de la máquina del curro (o sea, agua marrón con aromatizante de chocolate).
- una cerveza.
- una mousse de chocolate.
- una infusión de tila, valeriana y algunas hierbas relajantes más...

Todo esto antes de irme a clapar hacia las 23:30 o así. Luego hubo un tentempié a las 3:30 de la madrugada: vaso de leche con Cola-cao.

Tras un análisis exhaustivo de la situación, aquí detecto un patrón recurrente oculto (que sólo las mentes sagaces pueden averiguar después de un duro esfuerzo): el chocolate! Sin dudarlo, el mejor amigo de la mujer en crisis (o sin ella).
Después de meditarlo largo y tendido, he llegado a la conclusión de que esta deliciosa joya gastronómica, lujo para los sentidos, tiene las siguientes ventajas respecto de otras cosas:

- da placer.
- está bueníiiiisimoooooo!
- da mucho placer (pero que mucho, mucho!).
- te pone de buen humor.
- no se queja.
- nunca te dirá: "shosho, trae p'acá una servesita!" mientras está apalancado en el sofá mirando el "furmbol".
- sale barato (a no ser que te metas en el cuerpo dos toneladas al año...).
- no tienes que regalarle nada en Navidad ni por su cumpleaños, sino que probablemente en estas fechas tan señaladas te lo regalen a ti (o en caso contrario, auto-regalo chocolateado al canto y listas!).
- no necesita una madre ni una geisha para ser feliz.
- te da felicidad abundante sin pedir nada a cambio.
- nunca te dará la brasa para convencerte de que te lo comas, sino que te lo comes cuando a ti te da la gana y sin dar explicaciones (salvo a tu consciencia, pero puedes hacerla callar a base de más chocolate).
- puedes repetir todas las veces que quieras... Y sin tener que esperar entre bocado y bocado!
- existe en diferentes variantes, a cual más atractiva: helado, pastel, bombones, tableta básica... y ninguna de las variantes se enfada si, además de a ella, te quieres comer también alguna de las otras...
- y muchas otras ventajas más, de forma que la lista podría hacerse interminable...

Por otro lado, hay que ser realistas; el chocolate, aunque parezca la panacea para todos los males, tiene algunos pequeños inconvenientes:

- engorda (aunque otras cosas también: nueve meses engordando como una pelota de playa, hasta que explotas por un sitio muy chungo, y luego toda la vida sufriendo por el resultado...).
- crea adicción. Contiene teobromina, una substancia que puede resultar muy enganchosa, según dicen. Pero estudios probados demuestran que, para volverse adictos, haría falta ingerir como mínimo 15 kg... así que parece difícil (aunque no imposible). Además, el alcohol también crea adicción, pero bueno, no hay que ser tan tiquis-miquis...
- dicen que salen granos, pero personalmente no es el caso. En cambio algunas cosas me provocan urticaria solo de pensarlas...

En conclusión, un ratio ventajas/inconvenientes muy bueno!!! Es evidente que todo esto sólo puede ser superado por algo tan espectacular como... mmm, no sé, así, al azar: un bombero (o un cuerpo de bomberos), por ejemplo. Por decir algo, vaya. Y es que, aunque haya vicios sustitutorios, una becaria siempre tendrá muy claros su objetivos en la vida.

3 comentarios:

XL dijo...

Te has olvidado que también se puede fumar. Igualmente yo prefiero el masticable en todas sus formas.

Unknown dijo...

Pues yo debo tener mi lado femenino más hambriento que nunca, porque un servidor se pirra por el chocolate!

Y encima algunas mentes enfermas decidieron, por si no fuera poco, ponerse a trabajar en objetos de tortura como los coulants, los brownies, las natillas de chocolate, los M&M's, las copas Danone... y paro ya porque me esta sudando la boca!!

En fin... seguiremos con esa linda y dulce dicotomia que nos hace debatir entre el placer de sacarse la camiseta delante de alguien del otro sexo sin tapujos y con esa lujuria desatada de conocer el resultado y el zamparse una tableta entera de puro 90% porque sí, sin más! (yo me sigo decantando por la segunda opción).

Un saludo chocolatil!!!!

ester_kandi dijo...

El chocolate NO engorda... el que engorda eres TU!!!!!