jueves, 31 de diciembre de 2009

¡Feliz año nuevo!

Como pasa el tiempo... una no se da ni cuenta y ya estamos a punto de jubilar un año más y recibir al nuevo. Nochevieja, ese ritual que no tiene desperdicio: te reunes con tus amigos, comes y, sobretodo, bebes sin parar, y a medianoche te embuchas glamourosamente doce uvas en la boca al ritmo frenético de doce campanadas. Aquí encontramos dos opciones: o te pasas la media hora anterior al ritual pelando y extirpándoles los huesecillos a las susodichas uvas, o acabas atragantándote y al borde de la muerte por asfixia, con o sin expulsión final de amasijo uvil babeado. Si te consideras una persona alternativa y transgresora, también puedes pasar de las uvas y hacerlo con lacasitos, que son mas pequeños y están más buenos. Los conguitos constituirían un nivel intermedio de dificultad, por lo que sería el cacahuete interno en sí mismo...

Después de las uvas, te emperifollas tan dignamente con tu matasuegras, tu gorrito, tu antifaz y un par de guirnaldas, y te largas por ahí, medio borracha, a acabar de pillar la cogorcia bien pillada, mientras encuentras y felicitas efusivamente a todos tus conocidos habidos y por haber (aunque te caigan como una patada en el culo). ¡Qué bonito! snif, snif... solo de pensarlo se me cae la lagrimilla de emoción...

Otro tema es que llega fin de año y, como siempre, una se plantea los buenos propósitos que piensa cumplir de cara al año próximo. Que el 2009 pasado está, pero en el 2010 aún podemos hacer algo de provecho, ¿no? Atención, aviso: los clásicos buenos propósitos podrían redactarse el mismo día 1 de cada nuevo año; pero, teniendo en cuenta el estado de resacón monumental que te suele obnubilar las neuronas en ese momento (dejándolas totalmente inutilizadas), yo recomendaría hacer la mencionada lista el día 31. No vaya a ser que la magnitud del resacón te deje catatónico hasta que hayan pasado los Reyes Magos y sufras la terrible desgracia de vivir sin buenos propósitos durante una semana...

Así que, a lo que íbamos... Antes de despedir el 2009, tras un acto de reflexión, autocrítica y concienciación interna, los buenos propósitos que pienso cumplir en el 2010 son los siguientes:

- dejar de fumar. Aquí se podría tener en cuenta el pequeño detalle sin importancia de que, de hecho, no fumo. Pero así voy a tiro fijo: como mínimo en 2010 habré cumplido uno de los propósitos y estaré motivada y superorgullosa de mi increíble capacidad para luchar y lograr mis objetivos en la vida... ¡Vivaaaa! Psicología pura y dura, simplemente.

- ir al gimnasio. Ya voy al gimnasio, pero siempre podría dejar de hacerlo y no volver a aparecer por allí, ¿no? ¿Y el mantenimiento de las buenas costumbres no se valora o qué pasa? Hay que tener en cuenta todos los factores... Si consigo seguir yendo regularmente durante el año que viene, no pienso quitarme méritos.

- dejar el alcohol. Ahora que lo pienso, esto me parece una postura muy radical: las cosas no tienen porqué ser del todo o nada, cualquier cosa es buena en su justa medida... lo dice la sabiduría popular. Así que voy a redefinir el concepto en "reducir la ingestión de alcohol". Esto lo veo más factible: reducir la dosis actual puede ser fácil, muy fácil...

- seguir una dieta sana. No pegarme atracones de chocolate aunque mis hormonas me lo pidan a gritos. Autocontrol ante todo. ¡Viva la fruta y la verdura! Mentalizarme de que el chocolate, los pasteles y los helados NUNCA me llaman ni me suplican por favor, por favor, que me los zampe, todo eran imaginaciones mías...

- no dejarme el sueldo en libros. Pienso concienciarme de que existen las bibliotecas y no caer en el síndrome consumista de arrasar con todas las librerías que encuentro a mi paso. Difícil, pero no imposible. Justamente ayer me auto-regalé un par de libros por la cara; pero ayer forma parte del año pasado, así que no cuenta...

- ser mejor hija. Tragarme todos los vídeos de viajes de mis viejos sin rechistar, y ver las tropecientas mil fotos pacientemente y haciendo algún comentario simpaticote de vez en cuando. Dejar que mi madre me cuente sus cosas sin morirme del aburrimiento y poner cara de interés máximo cuando me las explique. No dormirme.

- ser mejor persona: intentar comprender y empatizar con la gente que cuelga papas noeles en los balcones de sus casas. Tener paciencia con los pobres pringuis que celebran el jalogüín y buscar el lado bueno de la decoración navideña a tres meses vista. No quejarme de las cosas que podrían ofender a mi humilde inteligencia, seguro que todo es un malentendido.

- varios: estar más motivada en el curro, ser amable con todo el mundo, apuntarme a un cursillo de algo (igual podría acabar dominando el arte de tocar los cajones, quien sabe), aprender algún idioma nuevo (el sánscrito o el etrusco estarían bien) o mejorar mi espanglish...

- alcanzar la felicidad suprema y la paz interior. Para ello, creo que el primer paso consiste en eliminar mis obsesiones y paranoias recurrentes.¡ Fácil, yo creo que voy a lograrlo!! Sobretodo, no debería pensar tanto en bomberos... A partir de ahora se acabaron los temas bomberiles, para mí es un asunto acabado y olvidado.

Y bueno, en líneas generales, sería más o menos esto. No quiero pecar de ingenua, pero creo que se puede conseguir tranquilamente. ¡Esto esta hecho! ¡Al ataqueeeeee! Facilito, facilito, una se ordena mentalmente y consigue sus objetivos... si es que nunca entenderé porqué la gente se queja de no cumplir nos buenos propósitos...

Pues eso, que os deseo a todos un feliz año nuevo y que esta noche lo celebréis por todo lo alto. Y, hablando de años, ¿para empezar bien el 2010 no necesitaría imprescindiblemente un calendario nuevo? Por decir algo... ¿el de los bomberos? Voy urgentemente a ver si me lo consigo antes de que se agoten! ¡¡Calendario bomberos 2010, vivaaaaaaa!!

2 comentarios:

XL dijo...

Per mi hauria de ser prhibit per llei pelar i treure els pinyols al raïm...
T'has oblidat de que hi ha gent encara més alternativa i que fa 12 xupitos per celebrar les campanades...
Molt bon any!!!

Magrat dijo...

Que ho sàpigues: jo pelo i trec religiosament tots els pinyols al raïm cada cap d'any. Després d'estar a un pél de l'asfixia fa anys, no penso deixar de fer-ho per molt que ho prohibeixin...

Tot i que això dels xupitos no em sembla mala idea... jeje!!