miércoles, 30 de junio de 2010

Buscando un pollo desesperadamente



Después de un montón de tiempo sin escribir, vuelvo al ataque debido a un acontecimiento muy especial: la tesis de mi compañera y amiga Lorena. ¡Por fin! Después de todos sus esfuerzos, ¡ya es doctora! No podía dejar de felicitarla dedicándole, como mínimo, un post de este humilde blog, ya prácticamente olvidado, pero siempre a punto para una justificada resurrección... ¡¡¡Va por ti, Lore!!! ¡¡¡ Ooooleeee!!! Así que vamos allá:


Todo empezó porque Lorena iba a leer su tesis y a nosotros no se nos ocurrió nada más que regalarle un gallifante. Sí, sí, no sé si lo recordareis... la mascota del programa "Juego de niños", que ganaban los concursantes cuando acertaban alguna palabra (otra forma de definirlo sería como un engendro surrealista, mitad pollo-mitad elefante). No, amigos, no se nos va la olla: los gallifantes tienen un significado especial para Lorena (pero esa ya es otra historia, si acaso que os la cuente ella). La cuestión es que decidimos hacer un precioso gallifante artesanal para regalarle el día de su tesis, así que lo primero fue buscar los ingredientes necesarios: un pollo y un elefante.

Sorprendentemente, con el elefante no hubo ningún problema: en el primer bazar chino que entramos, pudimos encontrarlo. Un bonito elefante de peluche, con trozos de tela brillante en las patas y una mariquita pegada en la trompa... precioso, vaya. Atención: he dicho una mariquita, el insecto, propiamente. No querría que el hablar de mariquitas y de trompas diese lugar a ningún tipo de confusión indeseada.

Pero en cuanto al pollo.... ¡Dios! ¡Qué difícil es encontrar un puto pollo cuando lo necesitas! Me recorrí todos los bazares (chinos o no chinos) de la ciudad, y nada. Lo jodido del asunto es que, de lo que no interesaba, había de todo: vacas, caballos, tigres, leones, serpientes, hipopótamos, cebras, jirafas, perros, gatos, ratas... ¡hasta saltamontes! ¿Quién coño necesita un saltamontes de goma? ¡nadie! Y se podían encontrar todas las modalidades posibles: peluche, plástico, goma... Pero nada, ni rastro de pollos de ningún tipo.

Lo más parecido que encontré fue un pato, pero claro, una tiene su dignidad, y ni loca pensaba yo conformarme con ese vulgar sucedáneo sustitutorio. ¡Por favor! ¡Que aquí hay un nivel! Así que seguí, tienda tras tienda, buscando el pollo de los huevos (metafóricamente hablando, claro). Cuando ya estaba planteándome muy seriamente entrar en una carnicería, comprar un pollo de verdad y rezar para que no hiciera demasiada calor y aquello empezase a apestar en medio de la tesis, apareció mi salvación: una tienda de artículos de broma. ¡Justo lo que necesitaba para encontrar el bichejo en cuestión! El típico pollo de goma, un clásico, nos vendría de perlas...

En el escaparate no vi nada, sólo peluches de Bob Esponja y otras tonterías, pero ningún pollo a la vista. Aunque la cosa no pintaba muy bien, entré en la tienda de todas maneras (después de tantos chinos, ya no venía de ahí). El dependiente, un chavalote joven bastante majo, estaba atendiendo a una clienta, así que yo me puse a buscar, mirar y remirar por allí y... ¡sorpresa! Media tienda estaba llena de, como decirlo, ciertos artículos muy interesantes e inesperados. Pues sí: aquello estaba a reventar de consoladores, vibradores, bolas chinas, disfraces guarrindongos, juegos picantes y otras cosillas dignas del más surtido sex-shop. La verdad es que quedé flipando bastante... Claaarooo, una chica tan inocente como yo en un antro así... pues ya se sabe lo que pasa, que se escandaliza una.

Total, que, a fin de cuentas, lo peor de todo fue tener que pedirle al tío que me vendiera un pollo. Seguro que cuando se lo dije el chaval pensó "esta pava es disfásica, tonta del bote o las dos cosas juntas...". Si es que se le veía en la cara, y hasta tardó unos segundos en reaccionar. Y yo ahí plantada, roja como un tomate, diciéndole que quería un pollo, cuando de lo que estábamos rodeados era de pollos de género femenino... a veces una simple letra marca diferencias enormes, vaya.

A lo que íbamos: el pobre chaval tuvo que ir al almacén a buscarlo, porque supongo que no es una cosa muy solicitada, viendo lo que abunda por ahí. Pero por fin, allí estaba: un feote pollo de goma, justo lo que necesitabamos.

Más contenta que unas pascuas, me fui con el pollo a casita, tan campante. Para hacer el montaje final, grapé el culo del pollo a la cola del elefante (por favor, ruego encarecidamente de nuevo que no haya malentendidos ), los até a los dos por el cuello, y listos: un gallifante bien majo. A puntito para la tesis. Según Gemma, la fusión entre pollo y elefante tendría que llamarse un "pollifante", pero creo que no suena demasiado bien... no lo digo por mí, ¿eh? Pero algunas mentes perversas y calenturientas podrían seguir haciendo malas interpretaciones, que ya se sabe cómo es la gente...

La verdad es que, después de verlo hoy en la tesis, podemos decir que ha quedado un gallifante la mar de apañadete... ¡Profesionales que somos! Estoy pensando que igual, de golpe, empieza a haber una demanda increíble de gallifantes artesanales caseros, hechos con cariño, en todo el mundo mundial. Así que claro, no me va a quedar más remedio: tendré que volver por aquella tienda, a ver si tienen más pollos... nunca se sabe cuando lo puedes necesitar.



7 comentarios:

XL dijo...

T'oblides dels altres que també van haver de buscar gallis i fantes! jeje
Però al final ho vas conseguir!
Bazars xinos de tot el món: Compreu pollos!!!!!!!!
Felicitats Lore!

Anónimo dijo...

Ehhhhhhhh!!!! Que jo ahir havia deixat un comentari tot just ho vaig veure... on és??? El pollo se l'ha menjat??? Si el tinc jo a casa meva!!!!
Deia algo així com moltes gràcies per l'esforç... el resultat va valer molt la pena!!! Però millor escrit en aquell moment ;)
Un petó fort!
Lorena

Magrat dijo...

Gràcies, Lorena!! I tant, que va valer la pena! Ens ho vam passar genial a la tesi i preparant els regalets... jeje!

Muakis!!

Unknown dijo...

Tenir una amiga que no calla ni a sotaigua (un petó Gemma!!) fa que llegir el teu post sense haver posat mai un peu al laboratori em faci sentir "convidat", i entendre els perquès, els percoms i els perquans dels gallifantes (o pollifantes, que sona moooolt millor) jejeje...

PD: Un laboratorioooo es un sitioooo... lleno de gente con bataaaaa... que hacen experimentooos... y descubren cooooosas... y a lo mejor descubrieron America...

Gemma Pagès dijo...

jajajjajaj Maria, bonissima la crònica, com sempre!! hem d'anar-hi a fer un volt a aquesta botiga, doncs, que trobo que un pollastre de plàstic o un bob esponja serien prou bona decoració pel menjador del pis (o pel lab?)

Jordi... si, clar, sí que passa això que dius quan tens una amiga que no calla ni a sotaigua... però si no haguéssiu estat empanats no hauria hagut de parlar per distreure'm, i si tu no tinguéssis aquest coi de memòria de pollifant... doncs no te'n recordaries paraula-per-paraula del que vaig dir!! bueno, una estona d'aquestes t'ensenyaré la versió original, que sempre és millor... (puc, nenes?)

i Lorena... felicitats un altre cooop!!

Magrat dijo...

Joer, doncs per la descripció semblava que ja l'havies vist, Jordi, la versió original... jeje!

Sí, sí, es clar... justament estava pensant en això, un bob esponja o un pollo-plástico pel labo... com em coneixes, Gemma.;-P

Lorena Ariza dijo...

Eiiiiiiiiiiiiiii que jo m'apunto a anar a la botiga... als meus nebots els hi encanta el bob esponja i a mi doncs... jajajajajaja
Gràcies per tot però crec que necessiteu un aclariment del tema gallifante: es una barreja entre gallina i elefante perquè un pollastre encara no té sexe i en la època en la que es va gravar això fa 22anys ja sabeu que a part d'Epi i Blas no hi havien parelles homosexuals... jejejejeje

Un petó i gràcies per tot!!!