martes, 26 de mayo de 2009

Llamada perdida


Llevo unos días muy, pero que muy solicitada. Uf, solicitadísima! Por ejemplo, ayer. En el laboratorio suelo tener el móvil guardado en la taquilla y en silencio; sólo lo miro de vez en cuando. Pues ayer, al mirarlo a la hora del desayuno: tres llamadas perdidas. Al mediodía: cuatro nuevas llamadas perdidas. Al salir del curro: otras tres llamadas. Después de casi morir en el gimnasio: dos llamadas más. Unas trece en todo el día, récord mundial para mí, que generalmente recibo una o ninguna (y la "una" es de mi madre).

Analizando esto, podría ser que, de repente, tuviese un montón de admiradores y fans enloquecidos; o que algún bombero hubiera conseguido mi número y, obsesionado conmigo, me llamase desesperadamente a todas horas con la esperanza de oír mi preciosísima voz. Podría ser, podría ser... En algún universo paralelo, claro. Porque, lo que es en éste, todas las llamadas eran de mi compañía telefónica: "Plomistar". Como su nombre bien indica, son unos plomazos de mucho cuidado.

Desde la semana pasada no paran de llamar a todas horas, aunque vean que paso de ellos. Lo peor fue el viernes pasado, cuando salí del gimnasio por la tarde y vi en el móvil la señal de llamada perdida. Antes de mirar quien era, ya tenía la imaginación más disparada que la escopeta de Charlton Heston. Es lógico: un viernes es cuando la gente te llama para hacer cosas; y, con un poco de suerte, para hacer cositas... Pero no: era "Plomistar". Al cabo de un rato, volvió a sonar el trasto. A las diez de la noche de un viernes, estaba claro que sólo podía ser un bombero con ganas de marcha y la manguera a punto, ¿no? Pues no: era "Plomistar" otra vez. Y ayer igual: trece llamadas en todo el día.

Y yo me pregunto: ¿por qué? ¿por queeeeeeeeeé? Si YA soy de "Plomistar", no necesitan comerme el tarro para que me pase a su compañía... Además, tampoco me interesa cambiar de móvil: estoy muy satisfecha con el mío. Es un fósil del año de la pera, a prueba de tontos, como a mí me gustan. No estoy dispuesta a tener que hacer un máster para aprender a usar un teléfono. Con el mio sólo se puede: a) llamar y b) enviar SMS. Suficiente. No hace fotos, ni falta que hace (para eso ya tengo la cámara). No sirve de radio, ni ganas. Ya hay bastante gente por ahí con el móvil a todo trapo. No tiene videojuegos, ni los necesito. En fin, que sólo sirve para hacer de teléfono, pero teniendo en cuenta que ES un teléfono, pues ya me va bien...

Además, la batería me dura un huevo (y más que me duraría si no se gastara tontamente avisando de las llamadas inútiles). En resumen, que amo a mi móvil y no pienso abandonarlo hasta que muera, el pobrecito. Así que no sirve de nada bombardearme a llamadas para recordarme que tengo tropecientos puntos, y que, con eso y añadiendo un pastón, puedo conseguir un móvil "Chupiguayeishon" último modelo que hace de todo. De todo menos llamar, porque cuando realmente lo necesitas (para llamar a los bomberos, por ejemplo) ya te has quedado sin batería por haber estado haciendo otras paridas con él. Vaya, que yo no cambio, como diría la tía del anuncio de Colón, Dixán o Ariel (o alguno de esos clásicos de antes de que llegara el Wipp Expréss).

Al final, cansados de que pase de ellos, acaban mandándome un montón de SMS chorras que sufren el mismo terrible destino que las llamadas: ser ignorados. Los SMS también me joden bastante, porque cuando ves el simbolillo de SMS en el móvil, tú vas y, lógicamente, te haces a la idea de que será algún bombero diciéndote cursiladas romanticonas o, mucho mejor aún, proposiciones indecentes... Pero no. Horrible decepción: es "Plomistar", aniquilando todas tus fundadas ilusiones con sus miles de promociones (dónde parece ser que tú siempre sales ganando y en cambio ellos sólo te taladran con el tema en cuestión por aquello de hacerte un favor...).

En conclusión: que te hacen ilusionarte al máximo, subir hasta lo más alto, tocar el cielo con las manos, para luego hundirte en el abismo de la decepción absoluta al ver la triste realidad... Un dramón. Son malos, muy, muy malos malosos. Y unos pesados.

Así que, por favor, atiendan un momento, señores de "Plomistar": a menos que sea para darme el número de teléfono de algún bombero en celo (y el 112 no me vale, que ese ya me lo conozco), olviden que existo de una vez! Dejen de tocar los ovarios y, si de verdad quieren hacerme un favor, rebajen la factura timofónica... Joder ya! A ver si voy a tener que pasarme a "Tontafone"...


9 comentarios:

Unknown dijo...

7 de la mañana en Buenos Aires. Lucilda recoje su bolso, se cubre con la chaqueta y sale de casa dispuesta a ir al trabajo. no hace un buen día, pero parece que la lluvia no pretende caer hoy.

Es un día culaquiera, como otros tantos, y el autobús llega 13 minutos tarde, como casi siempre.

Sentada entre un señor sudado y una viejecita que murmura pregarias o algo parecido, Lucilda se come su desayuno, un pequño sandwich integral de lechuga y queso que ella misma preparó ayer antes de dormirse.

Las oficinas empiezan a emanar vida, y decenas de personas van entrando en el edficio, con la misma rutina de cada día. Enseñar el bolso a seguridad, buscar la tarjeta idetificativa y fichar en el reloj que los contempla a todos con cara de satisfacción, recordándoles quíén manda.

Lucilda enciende su computador y se coloca los auriculares. Después de varios meses ya no nota la presión tras la oreja, ya se ha acostumbrado a tan diabólico engendro.

Abre la lista de llamadas que tiene para hoy, y se recuerda a ella misma que si quiere poder finalizar el curso de inglés para poder optar a ser administrativa algún día, necesita el dinero. Maldito dinero, piensa.

En un gesto casi inconsciente, se coloca la hoja de comisiones prometidas por cada cambio de tarifa, cada contraro nuevo, cada gestión realizada con éxito al lado y no puede evitar dejar volar la imaginación.

8:32, Lucilda selecciona el primer nombre de la lista. Para ella es sólo un nombre, 13 dígitos y la esperanza de poder ganar unos pesos, unos pesos que necesita urgentemente, unos pesos por los que luchará lo que haga falta.

El número se marca rápido, y los tonos suenan...

No hay respuesta. Lucilda comprueba con cierta pereza la diferencia horaria con España, y no le parece estar llamando a deshora.

Por eso Lucilda memoriza ese número, y en un gesto de rabia contenida contra la compañía telefónica que le paga el sueldo de teleoperadora, se promete que seguirá llamando a ese número las veces que haga falta, hasta que e destinatario o la destinataria, que más le da eso, descuelgue el teléfono y escuche, muy a su pesar, las maravillosas ofertas que Movistar le ofrece.

Apa, bon dimarts!!!

ester_kandi dijo...

I has pensat d'acceptar el telefon i revendre'l a algun friki de la tecnologia com jo??

Magrat dijo...

No, pensar això és massa complicat per algú tan ignorant en tecnologia com jo... jeje

Jo dijo...

Com sempre vas tard. Si el que volies era que un munt de bombers et truquessin disposats a passar amb tu uns dies romàntics, per exemple i a l’atzar, a Roma, només tenies d’haver aconseguit dues entrades per la final de demà de la champions league. (No no és un campionat de lligar, és la final de futbol campionat europeu entre el FC barcelona i el Manchester). Però bé, no ens desviem del tema, un simple anunci del tipus becaria te dues entrades i busca bombero que l’acompanyi, haguessin fet que els milers de bombers d’aquest país et truquessin. Si, els tius som així de frikis, per tal d’aconseguir una entrada aguantaríem estar amb tu tot un dia.

Magrat dijo...

La qüestió és si jo aguantaria un partit de futbol sencer només per aconseguir un "revolcon" amb un bomber... La veritat és que, tot i que parlem de bombers, ho veig complicat, molt complicat.

De cara a la propera final de champions-lí, ho tindré en compte... :-P

Unknown dijo...

És bonic veure les diferents maneres que té de presentar-se l'amor...

Jejejejeje

PD: L'any que ve ho tindràs millor... la final de la champions és al Bernabeu, a Madrid.

Magrat dijo...

Jaja! Digue-li amor, digue-li hormones alterades; la primavera la sang altera...

Uf, preferiria Roma abans que Madrid, però l'avantatge és que està més aprop. L'inconvenient: si el Barça guanya a Madrid, la cosa pot acabar molt malament. Ja em veig passant la nit a comissaria, tancada amb les pilinguis, en comptes d'estar de celebració "privada" amb el meu bomber...

Perillós, molt perillós... perquè si em sacrifico empassant-me el partit per acabar així... mmm, no sé :-P

Gemma Pagès dijo...

jajajajaj has vist?? tu has començat parlant de telèfons i has acabat parlant de futbol!! si és que aquests dies és inevitable!!

porto dos dies tancada al pis empassant-me tele i només veig que barça!! hasta a mi m'està cansant!! imagina't!!

Anónimo dijo...
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