miércoles, 2 de septiembre de 2009

Emergencias II: ¡simulacro de incendio!

Esto de los simulacros es un no parar... Si ya tuve el gran honor de asistir a uno en el gimnasio de la uni, también el centro donde trabajo se sumó a la moda del catastrofismo colectivo poco después. Así que ahora tenemos un fantástico plan de emergencias que aplicar en caso de incendio, terremoto, nube tóxica, amenaza de bomba... y todas esas cosillas que pueden pasar habitualmente. En resumen y según mi punto de vista, el susodicho plan consiste básicamente en salir pitando, aunque para decir esto tan simple hace falta, oficialmente, un tocho de trescientas páginas explicándolo de forma incomprensible.

Primero, para perfeccionarnos en esto de las emergencias y saber cómo actuar, asistimos a un seminario en el cual nos explicaron algunas cositas básicas. Yo esperaba que, lógicamente, el conferenciante fuese un bomberazo bien curtido en estos temas... pero no: era una tía, y encima, embarazada. ¡Si es que esto es muy poco serio! ¿Como voy a aprender algo si no me lo enseñan profesionales cualificados y bien preparados? Y que hayan experimentado previamente en la materia, que si no... mucha teoría y poca práctica, eso es lo que pasa.

De esta conferencia tan apasionante lo único que recuerdo (supongo que me marcó) es que existen los extintores "de polvo", y que hay que agitarlos antes de usar, porque sinó el polvo no sale. Se ve que, de no usar el aparato, aquello se queda acumulado en el fondo. También me quedó grabado que un extintor se descarga muy rápido, en diez o quince segundos. Esto me supuso una gran decepción, porque yo me había imaginado usando uno y, en mi ingenua mente, aquello era un no parar, venga a extinguir y a extinguir, sin agotarse nunca... Pero parece ser que no: diez segundos y adiós, vaya un chasco. Con eso no puedes ni apagar una triste cerilla en llamas... Encima, nos lo explicaron, pero no vino ningún bombero a enseñarnos a hacer prácticas de extinción, que hubiera sido lo suyo. Yo que ya me imaginaba rodeada por los brazos de un fornido bombero, con el trasto en las manos y el tío enseñándome a usarlo. Un poco así rollo "Ghost", pero en vez de cerámica, con extintores... ¡¡Aaaaay!! ¡mi gozo en un pozo!

Otra cosa que recuerdo es que, si te llaman por teléfono para hacer una amenaza de bomba, tienes que darle paliqueo al individuo en cuestión. Hay que mantenerlo al teléfono el máximo tiempo posible, así que ya se sabe: a taladrarlo! No sé, supongo que diciendo lo típico: "Hola, chato...¿y, aparte de poner bombas, que otras aficiones tienes?","¿Estudias o trabajas?", "¿qué ropa llevas puesta?"... Lo importante es entretener al susodicho, todo sea por una buena causa.

Después de este informativo seminario, el siguiente paso fue realizar un simulacro de incendio, para practicar el plan de evacuación del edificio. Resumiendo, este plan consiste en: a) se detecta un supuesto incendio, b) se activa la alarma general del edificio, que indica evacuación, c) dos personas encargadas de cada planta se ocupan de hacer salir a todos, y d) todo el mundo se reune en un punto de reencuentro concreto del campus para ver si falta alguien.

En nuestro caso, debía haber, como mínimo, una persona en cada laboratorio con los aparatos en marcha, para ver si la alarma es eficiente y se oye bien en todos los rincones del edificio, aunque haya ruido. Personalmente también me tocaba probar la puerta de emergencia de nuestra planta, que no se había usado nunca.

Pues bien, el día D a la hora H, todo el mundo estaba en sus puestos, esperando la señal. Una ilusión! Esto de fingir que hay un incendio es de un emocionante... con la adrenalina a tope, el peligro corriendo por las venas, la capacidad de reacción del ser humano puesta a prueba en una situación límite. Pero bueno, lo que, en mi experiencia, pasó, fue lo siguiente:

- en mi laboratorio no se oía la alarma. Cómo me aburría más que Homer Simpson en la central, salí al pasillo a buscar a alguien con quien pasar el rato y entonces la oí, que si no, todavía estaría allí esperando (hasta que el encargado de evacuarnos, con el chaleco fosforito, hubiese venido a echarme)...
- la puerta de emergencia de mi planta, por donde yo tenía que salir, no se abría. Estaba como sellada desde fuera o algo así... en fin, no sabría decirlo. Total, que tuve que dar toda la vuelta y salir por la puerta delantera, con lo cual perdí un tiempo inestimable. Llegué la última al punto de encuentro, no digo más. Hasta la tortuga que tenemos como mascota había llegado por su propio pie...

Conclusión: si aquello hubiera sido un fuego real, yo hubiera quedado más carbonizada que una chuleta en la barbacoa de un cocinillas. Ahora sería puramente un trozo de carbón, un triste amasijo de cenizas... ¡snif, snif! Una víctima más del avance inexorable de la ciencia.

Y, el colmo de todo, la mayor tragedia, lo peor que podía suceder: ¡¡ avisaron a los bomberos para que NO viniesen!! Les dijeron que, si alguien del edificio, por casualidad casual y sin tener en cuenta que sólo era un simulacro, los avisaba, no hicieran caso, aunque gritase como una histérica. ¿Pero qué es esto, señores? Un simulacro tiene que ser lo más parecido a la situación real, ¿no? Por tanto, los bomberos TENÍAN que venir! ¿Que es esto de tergiversar la realidad de esta manera? Total, que acabé indignadísima. ¡Habrase visto! ¡Un incendio sin bomberos es como un bocadillo sin pan! Un pequeño detalle como que no hubiera fuego no puede acabar con los sueños de un montón de becarias... ¡Que injusta es la vida!

En fin, que, visto el éxito, habrá que repetir el simulacro. Y espero que esta vez la cosa sea más real y vengan los bomberos... ¡Un poco de responsabilidad, las cosas hay que hacerlas bien! A ver si voy a tener que pegarle fuego al edificio para que aprendan a hacer las cosas como Dios manda, hombre!

5 comentarios:

XL dijo...

Jo encara no vaig arribar entendre ben bé que havíem de fer en cas d'emergència.
I t'has oblidat de comentar que hi ha uns pocs elegits que en cas d'incendi han d'anar passant habitació per habitació comprovant que no quedi ningú i sortir els últims de l'edifici... Jo en teoria tinc aquest dubtos honor...

Unknown dijo...

En cas d'emergència has de fer el que el teu cos farà abans que te n'adonis... córrer!!

Magrat, el pròxim dia que tinguis un desig irrefrenable de bombers, hi ha mètodes millors:

Agafa tots els potets on hi hagi una flama o una calavera, els vesses al mig del laboratori i hi llences un llumí.

No sé què em diu que algun bomber vindria (o potser un forense directament, que és una alternativa amb menys sexppeal).

Vagi bé!

joelmontane dijo...

extintors 'de polvo'? i us van ensenyar com es feien servir?? tens alguna foto? pq son bastant amples,no? jijijiji

Anónimo dijo...

ni io pioliang da pi gu

Dai lei

(xino del lab a Vancouver)

Magrat dijo...

No,només ens van ensenyar la teoria i res de pràctica. Es trobava a faltar. Sí, són bastant amples. Els de pols són més curts i amples, i els de gas carbònic són més llargs però també més prims... Això dels extintors és tot un món!

Rata sàvia: aquest sistema també em sembla molt efectiu i interessant. Si venen els CSIs com els de la tele (Grissom i "Guorrik", per exemple), ja em va bé. Això sí, miraria de no ser jo el cadàver socarrimat... jeje.

No domino el xino, però em fa por preguntar què deu significar aquesta frase... :-P