lunes, 20 de diciembre de 2010

¡Navidá, navidá, roja navidaaá!


Se acerca la Navidad y, como cada año, todavía no he comprado ningún regalo. Esta vez, además, cae todo en fin de semana y trabajo hasta última hora, así que la cosa está chunga para ir a comprar en el último momento (como acabo haciendo siempre). Pero he decidido que se acabó: estoy harta de ir corriendo de un sitio a otro, con todo abarrotado de gente histérica, género que se ha acabado, marujas desesperadas, agobios, colas, estrés y locos que te pegan y/o insultan si coges lo que ellos querían... Este año he dicho: ¡basta! ¡Digamos NO al sistema capitalista de mierda! ¡Abajo el consumismo navideño vacío!

Suficiente tengo ya con que no me guste la Navidad como para, encima, ser masoquista y aguantar tanta tontería un año tras otro. Así que, por una vez en la vida, a una semana vista yo ya tengo el tema solucionado. Y bien feliz que estoy...

En definitiva, siendo práctica, dejándonos de tonterías y pensando en lo mejor para todos, mi lista de regalos Navidad 2010 será la siguiente:

- Yo: me auto-regalo el calendario bomberos de la Generalitat 2011-2012 y eximo a todos mis seres queridos de la obligación moral de comprarme algo, evitándoles consecuentemente el mismo estrés y agobio que sufrimos todos con las compras navideñas de los cojones, y la preocupación de pensar y acertar en un regalo que me guste. Así todos ganamos en libertad y felicidad, que no tienen precio.

- Mi madre: calendario de las secciones deportivas de los bomberos (dedicado, ojo). Que aquí hay nivel. Para que disfrute de su regalo durante todo el año y recuerde a su querida hija con más amor (si es que eso es posible, que estamos hablando de una madre con todas las de la ley).

- Mi abuela: calendario de los bomberos. Nunca es tarde si la dicha es buena. Además, a sus 85 tacos, todavía está muy bien de la vista, así que no hay problema para que pueda disfrutar de su regalo tan felizmente.

- Mi hermano: ahora que se independiza, nada mejor que un calendario de bomberos para convertir su piso en un verdadero hogar. Que ha de estar informado del día en que estamos, hombre. Además, el calendario le servirá para tomar ejemplo, inspirarse en esos heroicos salvadores de la humanidad y sacar él también al bombero que lleva dentro. En el fondo me lo agradecerá (y su novia también).

- Mi padre: lote terapéutico medicinal para sentirse mejor física y espiritualmente. Consistente en: botella de vino del bueno, botella de cava del bueno (más botella de whisky complementaria). La uva tiene propiedades antioxidantes, revitalizantes y todas esas cosas que siempre vienen bien, y yo soy una buena hija que se preocupa por su salud. El whisky no lleva uva, pero también tiene extractos vegetales que seguro que van bien para algo...

Y bueno, básicamente sería esto. Creo que no me dejo nada. Todo sea por regalarles lo que realmente necesitan y les va a gustar. Cualquier sacrificio es poco... ¡Ah, si! Me dejaba el último (pero no por ello menos importante) regalo:

- Mi pareja: un fantástico uniforme oficial de bombero. Lo que siempre ha querido tener, seguro. Él todavía no lo sabe, pero el sueño de su vida, lo que desea con toda su alma, es tener un traje bomberil (y ponérselo y quitárselo compulsivamente, claro). Suerte que aquí estoy yo para hacer sus deseos realidad (ojos húmedos de la emoción, voz temblorosa)... ¡pero qué bonito! ¡cuanto amor! ¡Esto sí que es el auténtico espíritu de la Navidad! La verdad, si cada año va a ser así, ¡aún me acabará gustando!

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