lunes, 26 de julio de 2010

Neuronas alteradas



Siempre he creído que, en el fondo, no puede ser bueno hacerse demasiadas preguntas ni caer en angustiosas espirales existenciales. Normalmente, en mi caso, se puede salir del bucle contemplando el calendario de bomberos, o explotando burbujitas de embalaje, por ejemplo; pero a veces no hay tanta suerte, y entonces no queda más remedio que dar rienda suelta al disparate con escritos como éste. Una de las dudas más insondables que me atormentan de vez en cuando es la siguiente: ¿existirá el suicidio neuronal por sobredosis de pensamientos? ¿Mmm? ¿Alguien lo sabe?

Me explico: la hipótesis sería que, cuando uno piensa demasiado (o en según qué temas de difícil o imposible resolución), las pobres neuronas implicadas en el asunto empiezan a saturarse poco a poco, luego pasan a una fase más avanzada de colapso nervioso (nunca mejor dicho) y expulsión de humo, y finalmente acaban suicidándose, para evitar males mayores a su propietario.

Este curioso mecanismo de autodefensa se activaría cuando la persona empieza a comerse demasiado la olla por cosas tan complejas como plantearse el sentido de a vida, buscar el porqué a las crueles injusticias que nos rodean, intentar comprender el patético comportamiento del ser humano, plantearse si existirá algo más, un Dios, un destino, un fin. O también al pensar en otros temas tan importantes como porqué las mangueras de los bomberos son más largas que las demás, o porqué Espinete iba todo el día en pelotas pero dormía en pijama. No sé, hay cosas que nunca entenderé...

La cuestión es que, si uno piensa demasiado en según qué cosas, corre el peligro de mandarlo todo a tomar por culo y liarla, o de hacer una desgracia (dirigida hacia él mismo o hacia los demás, aunque en el caso de algunos elementos, aún nos harían un favor al resto...). Así que, como medida de preservación del organismo completo, simplemente se produce la autodestrucción controlada de unas cuantas neuronas rebeldes y obstinadas.

La cosa tiene su lógica: el valiente sacrificio de unas cuantas neuronas, a cambio de conservar activos otros órganos mucho más importantes que éstas, como, por ejemplo, el hígado, que desempeña una valiosísima actividad, u otros órganos, de mayor o menor importancia en función de su tamaño y utilidad (de si el propietario sabe usarlo o no, vaya). Cuidado, que no estamos hablando de asesinato: no me refiero a la eliminación indiscriminada de neuronas debido a la ingesta masiva de alcohol. En este caso estamos tratando el suicidio neuronal selectivo por hiperfuncionalidad aguda. Que quede muy clarito...

Suponiendo que esta interesantísima hipótesis fuera cierta, ¿cómo sucedería? ¿Cual sería el intrincado mecanismo de autoeliminación neuronal? Yo me imagino que habrá diferentes modalidades, por supuesto. Una de ellas consistiría en que las pobres y desesperadas neuronas saltasen desde el cerebro, igual que un lemming, cayendo por todo lo que sería el interior de la persona, al grito de "¡Adiós, mundo crueeeel!", hasta acabar aplastándose contra las plantas de los pies, por dentro. También podrían ahorcarse con sus propios axones... O electrocutarse con un exceso de impulso nervioso. O, en caso de haberse machacado la persona en el gimnasio, podrían hacerse el hara-kiri con una agujeta... ¡banzaaaaiii! Qué triste, señor, qué triste... ¡Cuanta desesperación concentrada!

La consecuencia de esto, aparte de la supervivencia del organismo en su totalidad, sería que, poco a poco, se irían seleccionando y favoreciendo las neuronas que menos trabajan, que acabarían dominando todo el cotarro (bueno, más o menos como pasa siempre en todos los ámbitos). Y esto refuerza mi teoría, porque no hay más que ver como está el panorama para darse cuenta de que, lo que sería el pensar, no es una cosa demasiado fomentada ni valorada actualmente. Total, que a base de seleccionar las neuronas más holgazanas, que no dan un palo al agua, así acabaremos...

En fin, ahora tengo que dejaros. Sospecho que, al pensar y escribir todo esto, miles y miles de heroicas neuronas han caído en combate. Lo digo porque, de repente, me han entrado unas ganas irrefrenables de apalancarme en el sofá con una cervecita a ver algún programa chorra (o sea, cualquiera) que pongan en Tela-hinco.

3 comentarios:

XL dijo...

Donks ió me pasu tot al día penssánt i no sem móren les neorònas...

Unknown dijo...

Jo fa cosa d'uns anys me'n vaig encarregar del genocidi, de l'extermini, de l'aniquilació neuronal gairebé per complert dels meus batallons.

La cosa va ser senzilla (tampoc hi havia massa tropes, recordo que sóc un home), i vaig deixar els retens mínims per poder mantenir les funcions bàsiques (esfínters, caminar, escoltar una conversa sense que em caigui la babeta, etc)

I des de llavors... molt més feliç!!

Anónimo dijo...

No sempre les paraules maques han de transmetre sentiments "xungos"... però sí que sol passar que la tristor inspira més que l'alegria...

Normalment l'alegria la disfrutem, en canvi la tristor dóna més per tancar-se cap endins...

De totes maneres, hi ha d'haver de tot, si no seria tot molt pastelero, no?

Bon final d'agost!!!

La Rata